Él no lo sabe, pero hizo temblar el mundo en el primer día.. y ni siquiera sabe que si cruza con sus dedos mi espalda hace girar las agujas del reloj en sentido contrario. No lo sabe. Y lo mejor de todo es que sigue regalándome sus cuentos sin saber que aquí y ahora, algo grita su nombre. Y como hoy, todos los días.
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